En memoria al profesor Manuel Fuentes Pérez

El domingo 6 de febrero falleció en San Sebastián el profesor Manuel Fuentesco-fundador en 1984, junto al profesor Manuel Elices, del Grupo Español de Fractura, GEF.

Muerte inesperada en cierto modo, aunque su larga enfermedad le había ido mermando las fuerzas físicas y dificultado el habla, fuerte sufrimiento para él, tan buen conversador.

Manuel Fuentes se licenció en Ciencias Físicas en la Universidad Complutense de Madrid (donde nació su amistad con el Prof. Elices) y, ya vinculado a la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Navarra en San Sebastián desde 1963, se doctoró en la Universidad de Sheffield (Inglaterra) en 1971 y, posteriormente, en la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis totalmente independiente de la primera, en 1978. Ya en 1980 fue nombrado Fellow del Institute of Materials del Reino Unido (FIM).

El tema de su tesis en Inglaterra fue la deformación plástica en caliente estudiada experimentalmente mediante ensayos de torsión y microscopía electrónica de transmisión, línea que rápidamente promovió en San Sebastián a su vuelta. Aunque no fuera objeto de su tesis, la Mecánica de la Fractura se estaba desarrollando brillantemente en el Departamento de Materiales de la Universidad de Sheffield durante su doctorado, y Manuel tuvo oportunidad de conocer allí a J.D. Eshelby, B.A. Bilby, C. Atkinson o K.J. Miller. Fue a través de profesores visitantes de Sheffield como suscitó también el estudio de la Mecánica de la Fractura en San Sebastián.

Hace cuarenta años, con gran visión de futuro, Manuel y el Prof. José María Bastero, después Rector de la Universidad de Navarra, fundaron el Ceit como centro asociado a la Escuela de Ingenieros y con gran esfuerzo y dedicación personal se dedicaron a su desarrollo y expansión. A lo largo de veinte años, Manuel fue sucesivamente Director de Investigación del Ceit y luego su Director General, simultaneando el cargo con la Subdirección de Investigación de la Escuela de Ingenieros. Manuel impulsó nuevas líneas de investigación que se han mostrado muy fecundas y luchó tenazmente para que en el Ceit se pudiera combinar la investigación aplicada con una componente de investigación fundamental que permitiera mantener, a largo plazo, la solidez de la primera. Ello, con una generosidad a toda prueba, a costa de cargar con una ingente labor de gestión, ahorrando tiempo a investigadores más jóvenes.

Manuel, serio, simpático y educado, elegante, con aire juvenil que ha mantenido hasta el final, transparentaba rápidamente una honradez inquebrantable y una total falta de doblez que le abrían la puerta a amistades casi innumerables, correspondidas con una lealtad a toda prueba. Se desvivía por cada persona con generosidad admirable. Ha sido un modelo de buen hacer y de lealtad a las instituciones y a las personas. Descanse en paz.

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